Historia Golf Santa Marina

1988 – Golf y Naturaleza

En 1988 se adquieren los terrenos. Inicialmente unas 90 Hectáreas que configuran el terreno actual y tiempo después otras 30 más con el objeto de promover la construcción de un Campo de Golf. Se iniciaba con ello y por lo que al campo respecta un proyecto que pocos años después de su materialización iba a trascender mucho más allá de los ámbitos de lo meramente deportivo.

La idea que su creador, el internacionalmente reconocido Severiano Ballesteros, planteó para su ejecución: la de un campo donde las especiales características del terreno impusieran muchas exigencias técnicas, compatible con sus rasgos paisajísticos y ambientales.

El entorno natural en el que se ubica el propio Campo de Golf: uno de los mejores escenarios naturales de la costa cantábrica, el Parque Natural de Oyambre.

2001 – El Primer Golpe

Finalmente el 21 de diciembre de 2001 se daba el primer golpe en el tee correspondiente y en muy pocos años Santa Marina se ha convertido en una referencia en el mundo del Golf y más allá de lo deportivo.

Los esfuerzos de Golf de Santa Marina no sólo por conservar el patrimonio natural que el campo envuelve en su perímetro sino también por divulgarlo tuvieron uno de sus momentos más gratificantes a finales de 2007, con el reconocimiento que a sus valores impuso la concesión del máximo galardón del Premio Madera Verde de Responsabilidad Ambiental para campos de golf.

2007 – Premio “Madera Verde”

Esta iniciativa de la Asociación para la Promoción de Actividades Socioculturales (APAS) y la Real Federación Española de Golf (RFEG), junto con técnicos especialistas en medio ambiente pretende dar a conocer los campos de golf del país que realizan una gestión medioambiental responsable de sus instalaciones. 

El Club recogió el galardón que acredita los méritos del Campo El 16 de diciembre de 2007, en el marco de la Cena de Gala Anual de la Real Federación Española de Golf, celebrada en Madrid.

2013 – Cierre y reapertura

A inicios de 2013 se cierra el campo y poco más tarde, un grupo de socios apuesta por la reapertura encabezado por Javier Benjumea Cabeza de Vaca. La reapertura se produce el 15 de julio de 2013.

2024 – Presente y futuro

Santa Marina es uno de los campos de Golf de obligada referencia. Pero es también una referencia de patrimonio natural, biodiversidad y sostenibilidad ambiental no sólo en el conjunto de la Comunidad de Cantabria sino también en todo el país.

Santa Marina tiene sus puertas abiertas a algo más que una velada deportiva o de ocio: Se muestra a todos sus usuarios como una gigantesca aula a cielo abierto donde las explicaciones surgen de la propia naturaleza activa. Santa Marina es la fehaciente muestra del concilio, estrecho y armónico, que la naturaleza puede mantener con la práctica del Golf, siempre que éste nazca desde una concepción respetuosa con el ambiente.

Golf en Cantabria

La idea: Golf y naturaleza

Antes de la implantación del Campo de Golf, el territorio de Golf Santa Marina ya había perdido por completo las actividades y aprovechamientos agrícolas y ganaderos de tiempos pasados.

Las obras de acondicionamiento para lo que iba a ser uno de los campos de golf más exclusivos de todo el norte de España no iban a suponer por ello alteraciones significativas en cuanto a los usos y transformaciones de la naturaleza del suelo.

La concepción que del juego ha querido reflejar Severiano Ballesteros en el diseño armoniza perfectamente con el terreno tal y como es, de tal modo que la obra se ha concebido como una adaptación al entorno preexistente para hacer el campo de golf y en modo alguno una transformación de ese entorno.

Por ello, este Campo de Santa Marina no sólo se encuentra enclavado en un marco o escenario natural de privilegiada belleza y valor sino que es precisamente el propio campo un elemento indisoluble de ese escenario e indispensable para la preservación de algunos de sus mejores valores. Está plenamente integrado en el territorio constituyendo además uno de sus más valiosos enclaves desde una perspectiva ambiental.