El lenguaje del golf está lleno de términos curiosos que esconden historias fascinantes. Uno de los más conocidos es “bogey”, palabra que hoy define un golpe por encima del par, pero que en sus orígenes tenía un significado muy distinto y un trasfondo lleno de tradición y folklore.
Para entenderlo, debemos viajar a Escocia, cuna del golf moderno. Desde el siglo XVI se hablaba de los bogles, duendes traviesos que acechaban en la oscuridad. Con el tiempo, esta figura fantástica evolucionó en el imaginario popular hasta convertirse en Boggy Man, el “Hombre del Saco” que aparecía en canciones para asustar a los niños.
A finales del siglo XIX, en 1890, Hugh Rotherham, secretario de un club de golf inglés, creó una puntuación ideal para cada hoyo, conocida como Ground Score. La idea era que los jugadores compitieran contra ese número perfecto.
Durante un torneo, un militar inglés observó el juego de un participante y exclamó que era un auténtico Boggy Man, refiriéndose a cómo el jugador trataba de alcanzar el puntaje ideal, casi como si el Hombre del Saco estuviera persiguiendo a los niños. Así, se empezó a hablar de jugar contra Mr. Boggy, un rival imaginario que representaba la puntuación perfecta. Más tarde, en un club militar, la figura se transformó en Coronel Boggy.
Curiosamente, lo que empezó como una referencia a lograr el puntaje ideal terminó evolucionando en su significado actual: hoy un bogey representa un golpe por encima del par. La palabra se trasladó de la idea de un adversario imaginario y un juego perfecto a describir un pequeño error en el juego, manteniendo, eso sí, su aire de travesura.
Así, lo que comenzó como un relato de duendes y hombres del saco se convirtió en un término esencial del vocabulario golfístico, recordándonos que incluso en la tradición más seria del golf, el humor y la imaginación siempre tuvieron su lugar.

