David Puig: Cuando el golf es cosa de familia

Escoger el golf para un niño no es lo habitual. Pero para la familia de David Puig, no fue solo una elección deportiva. Fue una forma de vida.

Todo empezó con su padre, que dedicaba sus fines de semana al golf. David, con apenas unos años, se acercó por curiosidad… y se quedó. Empezó a dar clases en la escuela del club, acompañado por una figura clave en su historia: su madre, que también se enamoró del juego.

El golf le dio a David mucho más que técnica: le enseñó honestidad, respeto, educación. Valores que no se quedan en el campo, que se llevan puestos en la mochila de la vida. Pero no fue fácil. David era pequeño y la diferencia física con sus compañeros era enorme. Así que tuvo que entrenar más, esforzarse el doble. Se volcó en su juego corto, y convirtió el approach y el putt en sus grandes armas. Dedicó horas y horas al campo de prácticas, con una pasión que solo se sostiene cuando alguien cree en ti desde el primer día.

Y esa persona fue su madre. Siempre ahí, empujando, acompañando, creyendo.

En un deporte que aún arrastra el estigma de elitista, el golf puede ser una escuela de valores únicos: disciplina, autocontrol y respeto. Y también una oportunidad para crecer al aire libre, entre naturaleza y amigos, aprendiendo que competir también es convivir.

Este Día de la Madre, celebramos a esas mujeres que, sin hacer ruido, están detrás de cada golpe, de cada logro, de cada paso. Porque gracias a ellas, muchos sueños empiezan a rodar… como una bola bien golpeada hacia el hoyo.