Cualquier golfista ha escuchado alguna vez la leyenda: los campos de golf tienen 18 hoyos porque coinciden con el número de copas que se pueden servir de una botella de whisky. Según esta historia, en 1858, un ingenioso escocés de St. Andrews decidió limitar sus sorbos a uno por hoyo, terminando la ronda cuando la botella se vaciaba. Aunque es una anécdota divertida, no deja de ser solo un rumor.
El Verdadero Origen de los 18 Hoyos
Los orígenes del golf se remontan a la época romana, y los primeros campos variaban mucho, con recorridos que iban de 5 a 24 hoyos. St. Andrews, el campo más antiguo que se conoce y la cuna del golf moderno, comenzó con 12 hoyos, que se jugaban en un recorrido de ida y vuelta, sumando un total de 22 hoyos por ronda.
No fue hasta 1764 cuando se decidió combinar y reducir algunos hoyos, estableciendo un recorrido de 18 hoyos que, con el tiempo, se convirtió en el estándar mundial.
¿Y el Whisky?
Aunque la conexión entre el golf y el whisky es casi inevitable dado su origen escocés compartido, no hay evidencia de una tradición oficial que vincule el número de hoyos con la cantidad de copas. Es más bien una curiosidad simpática que probablemente nació de la imaginación de algún golfista con un buen sentido del humor y amor por ambas tradiciones.
Una Reflexión Final
Disfrutar de un buen whisky después de una ronda de golf puede ser un placer para muchos, pero siempre con moderación y responsabilidad. Mientras tanto, los 18 hoyos siguen siendo el estándar indiscutible del deporte, no gracias a una botella de whisky, sino a siglos de historia y evolución.
¡Así que la próxima vez que pises el campo, juega tu mejor ronda y, si lo deseas, brinda por ello al final del día!